Nuestra vida empieza por el don de la existencia, al que tenemos derecho a que sea respetado por todos, empezando por la madre, quien, por regalo de Dios, puede tener el privilegio de tener una vida humana creciendo al interior de su propio ser.
Nuestra sociedad debe, como principio fundamental, respetarle la vida a cada ser y ofrecer a las madres que por alguna circunstancia muy especial no puedan criar a sus hijos, el apoyo para que el niño se de en adopción y se le ofrezca una vida digna en la que pueda desarrollarse.
No acepto que pretendan algunas mujeres creer que pueden representarnos, con el argumento que los bebés engendrados son parte de su propio cuerpo y justificar acabar con sus vidas. ¿Acaso podemos tener dos corazones? ¿4 piernas? Somos personas independientes de nuestros bebés y acabar con sus vidas es un asesinato. Cada uno de nosotros, fuimos algún día un feto con todo el contenido genético que nos acompaña.
Somos creados a imagen y semejanza de Dios y cada bebé merece cuidado y protección desde el vientre materno. Invito a las mujeres, y a todos los colombianos, a unirnos en la defensa de la vida y a trabajar por mejores condiciones de desarrollo para todos. Necesitamos involucrarnos en la defensa de los más indefensos y hacerles saber a quienes pretenden autorizar el aborto que no somos indiferentes a la injusticia con esos pequeños. Apoyar con amor a las mamás que se sienten en un callejón sin salida por diferentes situaciones que pueden estar viviendo, que las lleva a querer actuar de esa manera, pero protegiendo la vida de los bebés por nacer.
Trabajemos por una sociedad que contribuya con las conductas que nos hacen mejores personas, que se fomente el respeto por la dignidad humana, que la sexualidad se eduque desde el hogar con hábitos de templanza y prudencia para motivar a preservarla al ámbito matrimonial y sea cual sea la circunstancia, siempre se reciban a los hijos como el más grande regalo, la mayor oportunidad para amar. A muchas industrias relacionadas con la pornografía, el alcohol, las drogas, los vicios en general, les conviene una sociedad permisiva, hedonista y son las que promueven estas supuestas libertades, que nos deterioran como personas y nos esclavizan al pecado poniendo en riesgo las almas, e incluso los cuerpos, de las madres embarazadas y el alma de la sociedad.
El amor es siempre la mejor respuesta. Hoy Jesús nos dice*: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. “Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por quienes le temen”. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”.
*Lv 19, 1-2. 17-18; Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13; 1 Co 3, 16-23; Mt 5, 38-48