Las lecturas de hoy nos invitan a estar siempre listos, porque no sabemos ni el día ni la hora en la cual vendrá Jesucristo por nosotros. No sólo listos como resignados, sino ilusionados y esperanzados de ese encuentro porque comprendemos que todo en esta vida está ordenado a prepararnos a participar de la gloria en el cielo.
Dios le da tanta importancia al matrimonio que usa la figura de la novia que espera con ansia a su esposo el día de la boda, para mostrarnos la alegría y el gozo tan especial con el que debemos esperar para experimentar nuestro encuentro con Jesucristo en la eternidad.
En la primera lectura nos habla de la Sabiduría, de como ésta se hace encontradiza si nos abrimos a buscarla. La Sabiduría es Jesucristo personalizado. Es la vida completamente compenetrada por las realidades divinas, para que tenga un sentido pleno, si la aceptamos comprendemos que vivir con Él en el centro de nuestras vidas, amarlo, conocerlo y seguirlo, es la mayor fuente de felicidad desde esta vida y nos prepara a la eterna, invitándonos a vivir conforme a los mandamientos y leyes de Dios, obedeciéndolas por amor.
Si realmente viviéramos la Sabiduría nuestro mundo no estaría sufriendo por tantos flagelos y pecados que llevan a la enemistad entre las personas, la violencia, la injusticia, la guerra, las discordias y tantos otros pecados que impiden al alma, tener el aceite listo de la gracia para esperar la venida de Nuestro Señor Jesucristo.
Aprovechando estos días festivos, nuestra Iglesia de Cartagena celebró su asamblea Arquidiocesana con un nutrido programa en el que se encontraron los sacerdotes, religiosos y laicos para evaluar los avances del año y, a la luz de la Palabra de Dios, discernir los caminos para plantear las metas del 2024.
Nuestra iglesia está viva, en pequeñas comunidades unidas con un mismo Espíritu, avanza para ser fermento en la sociedad e ir ayudando a que más personas puedan encontrarse con Jesucristo, abracen su cruz y experimenten la resurrección de sus almas, siendo entre todos los constructores de un mundo de justicia, paz y amor.
Como mensaje de iniciación de la Asamblea se utilizó la homilía del Papa Francisco centrada en el evangelio de San Mateo en el que un Maestro de la Ley le pregunta a Jesús sobre la ley más importante y Jesús recuerda que lo primero y más importante es Amar a Dios, con todo nuestro corazón, nuestra alma, con todo nuestro ser, y el segundo a través del cual se refleja el primero: Amar al prójimo como a nosotros mismos. El Papa nos dice que la manera de concretar ese amor expresado en estos mandamientos a través de vivir dos acciones: la adoración a Dios y el servicio al prójimo.
*Sab 6, 12-16; Sal 62; Tes 4, 13-17; Mt 25, 1-13; Mt 22, 37-39