Participamos en realidades y retos concretos en la vida cotidiana, algunos más personales y familiares y otros, con mayor incidencia en nuestro mundo laboral o social. Es necesario implicarnos con todos nuestros dones y talentos para, por amor a Dios, ponernos al servicio de los demás, en los diferentes ámbitos.
Hoy daríamos un gran paso adelante si votamos bien, a conciencia, en las elecciones regionales. Oremos para discernir nuestro voto, analicemos los planes de gobierno, los valores y principios de los candidatos, su posición frente a temas que defiendan la vida y la dignidad de la persona humana, la familia, los niños, la educación integral, los más vulnerables, la promoción del desarrollo de todos. Analicemos y decidamos de acuerdo con quiénes creamos que pueden desempeñar una mejor labor y luego, involucrémonos en apoyar y ayudar para que nuestros barrios, ciudades y departamento salgan adelante y progresen cada día más, construyendo una sociedad con más justicia, paz y amor.
Esperemos que quienes asuman estas responsabilidades nos representen adecuadamente y pongan sus capacidades al servicio de Dios y de los demás. Que tengan buenas condiciones de liderazgo, nombren equipos de gobierno idóneos e íntegros, que sean verdaderos coequiperos que ayuden a que el trabajo sea mucho más efectivo. Esperamos también que sepan reunir en torno de ellos a todas las fuerzas vivas de la ciudad construyendo planes claros y positivos para que todos estemos remando en la misma dirección.
Me ilusiona mucho que percibo que hay un liderazgo de fuerzas cívicas con interés de ponerse al servicio de la ciudad con un gran número de personas que desde sus posiciones y trabajos pueden apoyar a quienes gobiernen para que avancemos con mayor fuerza. Dios nos ayude para que podamos lograr esa unión de voluntades hacia el bien de nuestra comunidad y para beneficio de quienes visiten Cartagena y Bolívar.
En las lecturas de hoy* Jesús nos recuerda que el mandamiento más importante es: “” Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”, este es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, estos mandamientos sostienen toda la ley y los profetas”
Esperemos que nuestros gobernantes se dejen guiar por la sabiduría divina y nosotros como gobernados también, cumpliendo cada cual lo que nos corresponde. Que vivamos con compromiso buscando siempre el mayor bien para todos y con mucho amor. Repitamos con el salmo: “Yo te amo Señor, tú eres mi fortaleza”.
¡Felicitaciones a quienes resulten elegidos! Que puedan aportar mucho desde el amor a Dios y a los demás.
*Ex 22, 20-26; Sal 17; 1 Ts 1, 5c-10; Mt 22, 34-40