Quiero darle gracias a todos los relacionados con la película: “Sound of freedom”, que nos sensibiliza y mueve a luchar frente a uno de los mayores pecados de la humanidad: la utilización de los niños para los negocios más crueles llegando hasta su explotación sexual y venta de órganos. Para lograr la película han trabajado con grandes dificultades, oposición y persecución de muchos, sin embargo, con valentía han seguido adelante. Hoy es récord en las salas de cine donde la han proyectado. Con mucha tristeza evidenciamos que personas desde Cartagena son parte de este negocio trasnacional.
Gratitud merecen quienes, a pesar de poner sus vidas en peligro, son capaces de ir contracorriente a los grandes poderes en las industrias del mal, logrando mover las conciencias y la acción para derrotarlas. Indudablemente la mayor gratitud la merece Dios quien da la inspiración, la fortaleza y demás dones que animan a muchos por causas nobles trascendentales.
Esta película involucra a muchos convertidos de corazón a Jesucristo: Tim Ballard, quien lucha en la vida real contra estos males y ofrece su testimonio; el actor Jim Caviezel, quien representa a Jesús en la Pasión de Cristo, el actor y director, Eduardo Verastegui, quien nos da un testimonio hermoso de conversión pasando de galán de telenovelas a uno de los grandes evangelizadores mundiales.
La gratitud nos lleva a reconocer las obras de Dios en nuestras vidas, por habernos creado, redimido, hecho cristianos, por regalarnos la libertad, la paz interior, el entendimiento, la voluntad, la capacidad de unirnos a Él en el amor y en comunión a través de los sacramentos y por las obras específicas que se expresan en la vida de cada uno. Todo el amor que hemos recibido, y el que somos capaces de ofrecer, surge del amor de Dios.
Incluso las dificultades y los problemas, abrazados junto a la cruz de Jesús, se convierten en maestros de vida para ayudarnos a fortalecer el carácter y sensibilizarnos con las vicisitudes que viven los demás y trabajar por lo que esté en nuestras manos corregir.
La Palabra hoy* nos inspira gratitud profunda hacia Dios, nos habla de sus cualidades: pendiente siempre de nuestro cuidado, enseñando el camino de la justicia, aplicándola con indulgencia, invitándonos a la libertad a través de la conversión y arrepentimiento de nuestros pecados, dándonos una buena esperanza y el gozo de su Amor eterno. Con la parábola de la cizaña y el trigo, nos enseña que mientras Él siembra el bien, el maligno siembra el mal, crecen juntos, con nuestra libertad nos anima a elegir la conversión a Él, máximo Bien, para que podamos gozar de las maravillas de los hijos de Dios, en esta vida y en la venidera.
*Sab 12.13.16-19; Sal 85; Rom 8, 26-27; Mt13, 24-30