Esta semana el comité de la Cátedra Francisco organizó un panel en la Universidad de Cartagena para seguir preparándonos a la visita del Papa reflexionando sobre la familia y los desafíos que enfrenta actualmente, tomando en cuenta la exhortación Amores Laetitia – la Alegría del Amor- del Papa luego del Sínodo de la Familia.

Los panelistas expusieron algunas realidades de la familia desde lo jurídico, desde las políticas públicas, desde la concepción sistémica de la familia, desde la perspectiva de género, desde la psicología y desde la propuesta de Francisco.

En el ambiente académico quedó  en evidencia que existen elementos comunes pero también otros radicalmente opuestos entre algunas corrientes del pensamiento laico y la propuesta desde la fe, lo que amerita que se sigan promoviendo estos encuentros para que nos escuchemos mutuamente y analicemos cada vez de manera más profunda, los puntos comunes y las diferencias, propiciando que se realicen investigaciones que evidencien cuál propuesta beneficia más a la persona, a la familia y a la sociedad, en la búsqueda de la felicidad, la justicia y el amor.

La Iglesia nos invita a abrirnos para aceptar desde la fe, el proyecto de Dios sobre el hombre, la familia y la sociedad para lograr no solo la felicidad terrena sino aspirar a la eterna junto a Él. 

La Sabiduría desde la fe y las propuestas de la ciencia no deberían ser opuestas sino complementarias, pero para esto es necesario que los científicos no se cierren a una visión integral del ser humano. El don de ciencia del Espíritu Santo nos abre a analizar la realidad teniendo en cuenta la dimensión sobrenatural. 

En Amores Laetitia el Papa nos dice que el matrimonio no es una simple convención social, sino un don para la santificación y salvación de los esposos, dice que ninguna familia está confeccionada de una vez para siempre, sino que requiere de una progresiva maduración de la capacidad de amar e  invita a enfrentar las crisis de los matrimonios y familias como oportunidades de crecimiento en el amor. Las personas mayores que han sido capaces de superar juntos las crisis y los tiempos de angustia, son como decía San Juan De la Cruz, «los viejos amadores, los ya ejercitados y probados». Ellos «ya no tienen aquellos hervores sensitivos ni aquellas furias y fuegos hervorosos por fuera, sino que gustan la suavidad del vino de amor ya bien cocido en su sustancia […] asentado allá dentro en el alma». 

Sigamos meditando las valiosas enseñanzas del Papa sobre la familia y demás temas, y contribuyamos con oraciones y aportes a las colectas para patrocinar algunos de los gastos de su visita. También podemos vincularnos con árboles que se sembrarán en la ruta que recorrerá el Papa Francisco y permanecerán como frutos de su visita en las zonas más deprimidas de la ciudad.

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