La Madre Elfride tuvo una  vida inspiradora por su fe sólida, coherencia y testimonio. A su partida a la eternidad  quiero expresarle  gratitud, aprecio, respeto, valoración y admiración por sus enseñanzas expresadas en su vida noble, activa y dinámica al servicio con amor por los demás.

Su fe en Jesucristo  la transformó en vida, con frutos positivos de gran  impacto sobre la vida de muchos. Inspirada en su fundadora, la santa Madre Bernarda, comprendía la importancia de la educación en la dignidad humana y se atrevió a soñar en grande y a trabajar con todo su empeño, disciplina, carácter, valentía, tesón, consiguiendo recursos para construir y sacar adelante a muchas escuelas en los sectores más deprimidos de la ciudad. Ella me decía: “quiero educación de la calidad de los estratos más altos para los de estratos más bajos”, es la mejor forma de darles esperanza y posibilidad de un mejor mañana. 

Siempre impartía educación integral, aunque dominaba la física y las matemáticas, transmitía en cada palabra, gesto y acción  un encuentro con la fe, la esperanza y el amor a Dios y a los demás.

Que bueno sería que sigamos su ejemplo, haciendo un gran esfuerzo  como sociedad para que las nuevas generaciones tengan una Educación integral de calidad,  para que tengan oportunidades de desarrollo, cambiando las deprimentes estadísticas actuales y así, quienes hoy en día viven en condiciones difíciles de pobreza y exclusión, puedan tener esperanzas de un mejor futuro.

En la Fundación Geniales nos alienta esta gran misión de transformar a la sociedad a través de la transformación de las personas,  con educación integral que tenga como eje los talentos naturales, la formación del carácter, la inteligencia emocional  y la edificación de un proyecto de vida desde las edades tempranas, con la esperanza de contribuir con un verdadero progreso social. 

Los procesos de aprendizaje en los países desarrollados, muchas veces son mejores en los colegios públicos que en los privados. Cuentan con maravillosas instalaciones, grandes  espacios, profesores muy bien preparados, programas muy variados en las diferentes disciplinas: música, artes, deportes, clubes de lenguaje, matemáticas, ciencias, diferentes idiomas, oportunidades realmente maravillosas,  que permiten construir una sociedad más democrática en cuanto a las oportunidades de desarrollo personal, familiar y laboral. 

Que la Madre Elfride nos inspire a dar testimonio de fe y amor, trabajando con amor  en la educación, viviendo conforme a las enseñanzas de la Palabra de Dios, buscando siempre la Sabiduría en Dios y viviendo para el Reino de los Cielos como nos enseña Jesús en las lecturas de hoy*. 

*1 Rey (3, 5-13; Sal 118; Rm 8, 28-30; Mt 13, 44-52

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